lunes, 23 de agosto de 2010

Turistas ya pueden disfrutar del Desierto Florido en Atacama

El Desierto de Atacama es conocido como el lugar más árido del mundo, y por lo mismo es un destino de alto interés turístico. Sin embargo, quienes visiten en la actualidad la zona tendrían todo el derecho a poner en duda esta afirmación. Gracias a las lluvias caídas en la zona costera de Caldera y Huasco, la desértica zona se ha transformado en un maravilloso y extenso jardín, que demuestra una vez más que Chile es un país privilegiado en materia de belleza natural.

Se trata del fenómeno conocido como Desierto Florido, que cada cierto tiempo se da en el norte de Chile y en el cual destacan hermosas flores como las patas de guanaco, suspiros y añañucas, que tiñen de violeta, blanco y amarillo, una región marcada generalmente por sus paisajes solitarios y secos.

El fenómeno, de por si especial, tiene este año una nueva particularidad ,ya que a diferencia de ocasiones anteriores no esperó hasta septiembre para hacer su aparición. Así, quienes visiten las explanadas entre Copiapó y la zona norte de la Región de Coquimbo, podrán contemplar y maravillarse con este colosal jardín que brotó en julio y que cubre en especial a los sectores aledaños a Huasco y Caldera.

Como en años anteriores, se espera la llegada de miles de turistas, que cámara fotográfica en mano se trasladan hasta el Desierto de Atacama para presenciar y capturar imágenes de un fenómeno que en el mundo no tiene parangón.

Ante este panorama, las autoridades turísticas hicieron un llamado a los visitantes para que no corten ni pisen las flores, de modo de no afectar el paisaje. Asimismo, explicaron que como este año se adelantó el Desierto Florido, aún quedan zonas sin cubrir, entre ellas el Parque Nacional Pan de Azúcar, en el cual se espera el florecimiento para los meses de agosto y septiembre, además de una mayor variedad de especies que permitirán una panorámica aún más asombrosa del árido desierto chileno.

El último Desierto Florido en Chile se produjo en el 2006, ocasión en que el fenómeno fue presenciado entre los meses de agosto y octubre por más de 120 mil personas.

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