Chiloe, tierra y mar de mitos y leyendas, historia, tradiciones, fiestas costumbristas e idílicos paisajes naturales que permiten la practica de deportes outdoors y el turismo de aventura.
Compuesto por una isla grande y otras 40 menores, es un extenso territorio de ensenadas, canales, golfos, lagos y lagunas.
Chiloé fue el último enclave de la conquista española en Chile y América, aportando un interesante espacio geográfico transformado por la mixtura cultural hispano - huilliche a mediados del Siglo XVI. Aún conserva los fuertes San Antonio y San Miguel de Ahui, en la ciudad de Ancud, que mantienen gran parte de la artillería y estructuras originales.
Los jesuitas, llegados en 1608, evangelizaron la zona, tarea continuada por los franciscanos después de la expulsión de la Compañía en 1767. Testimonio de aquello fueron las iglesias construidas por la comunidad, la cual aportaba su trabajo y materiales de construcción, y procedía a edificar las capillas en conjunto con los misioneros.
En sus poblados surgen construcciones únicas, arquetipo de la Escuela Chilota de Arquitectura Religiosa en Madera, como sus iglesias y casas de cortes típicos, con tejuelas, balcones y miradores. 60 iglesias chilotas corresponden a esta tipología, edificadas en maderas nobles como alerce y ciprés. 16 de ellas son, a la vez, Monumentos Nacionales de Chile y Patrimonio de la Humanidad por declaración de Unesco.
A través de éstas, es posible descubrir el diálogo intercultural, con un profundo mestizaje y su interrelación con el paisaje. Ellas, junto al oficio de carpinteros de ribera y la voluntad comunitaria para trabajar en minga (traslado comunitario de una vivienda de madera a otro sector, por tierra y mar), han forjado una identidad propia, reconocida y apreciada en el mundo entero.
Es interesante conocer sus leyendas y mitos, como el Trauco, La Pincoya y El Caleuche; sus fiestas religiosas y bailes; a sus "chilotes marinos" navegando en lanchones por los canales que comunican las islas; a sus ciudades y casas palafito y, sobre todo, sentir la hospitalidad de su gente.
Constituyen experiencias únicas su gastronomía con cazuelas chilotas, asados al palo y el famoso "curanto en hoyo". Además, las ostras que pueden ser degustadas en sus criaderos y los famosos licores de oro, enguindao y rompón, todos destilados artesanalmente.
Su principal fiesta folclórica es el Festival Costumbrista de Chiloé, que multitudinariamente se celebra el tercer fin de semana de febrero, donde tienen cabida la artesanía, canto, música insular, faenas tradicionales, costumbres chilotas y gastronomía típica.
El conocimiento de la isla es posible por medio de tours visitando ciudades, pueblos, naturaleza, canales y mar, y realizando pesca deportiva, excursiones, paseos en lancha y agroturismo. El turismo rural tiene un avanzado desarrollo en el archipiélago y ofrece redes que prestan servicios. En el Parque Nacional Chiloé se puede disfrutar de paseos a caballo, caminatas, pesca y observación de flora y fauna.
También tendrá oportunidad de disfrutar del turismo de aventura y turismo de intereses especiales. En bellos e idílicos paisajes naturales, de playa, río, lagos, lagunas y mar, podrás practicar actividades outdoors, deportes acuáticos, navegación por fiordos y canales, observación de flora y fauna nativa.
No dejes la oportunidad de conocer uno de los destinos mochileros mas atractivos del sur de Chile
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